Tributación de rentas no pagadas: ¿Cómo declarar el impago de rentas en el IRPF?

El impago de rentas por parte de inquilinos es una situación desafortunadamente común que puede generar dudas sobre cómo proceder en la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). A continuación, se detallan los pasos a seguir para cumplir con las obligaciones fiscales en estos casos.

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Declaración de rentas no pagadas en el IRPF

Aunque no hayas recibido el pago del alquiler, la normativa fiscal establece que debes incluir las rentas no pagadas en tu declaración del IRPF como ingresos íntegros del capital inmobiliario. Esto se debe a que las rentas se imputan al periodo impositivo en el que son exigibles, independientemente de su cobro efectivo.

Sin embargo, existe la posibilidad de deducir estos importes como saldos de dudoso cobro, siempre que se cumplan ciertas condiciones:

  • Plazo de seis meses: Debe haber transcurrido un mínimo de seis meses desde la primera gestión de cobro sin que se haya satisfecho la deuda ni renovado el crédito.

  • Reclamación previa: Es necesario haber iniciado acciones de reclamación, judiciales o extrajudiciales, para el cobro de las rentas impagadas.

Si posteriormente se produce el cobro de las cantidades previamente deducidas como saldos de dudoso cobro, deberás incluir dichas cantidades como ingresos en el ejercicio fiscal en que se realice el cobro efectivo.

Reducción del 60% por alquiler de vivienda habitual

La normativa vigente permite aplicar una reducción del 60% sobre el rendimiento neto positivo derivado del alquiler de inmuebles destinados a vivienda habitual del inquilino. Esta reducción es aplicable incluso en casos de impago de rentas, siempre que el alquiler esté destinado a la vivienda habitual del arrendatario.

Es importante destacar que, aunque las rentas no pagadas deben incluirse como ingresos, la deducción por saldos de dudoso cobro y la aplicación de la reducción del 60% permiten ajustar la carga fiscal a la realidad económica del arrendador.

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Conclusión

La correcta tributación de las rentas no pagadas requiere incluirlas como ingresos en la declaración del IRPF y, si se cumplen los requisitos, deducirlas como saldos de dudoso cobro. Además, es posible aplicar la reducción del 60% por alquiler de vivienda habitual, lo que puede mitigar el impacto fiscal de los impagos. Se recomienda llevar un registro detallado de las gestiones de cobro y, en caso de duda, consultar con un asesor fiscal para garantizar el cumplimiento de las obligaciones tributarias.

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